Buenas tardes a todos
Comienzo este nuevo post con una gran noticia que proviene directamente de Elche, ciudad situada en la provincia de Alicante.
La clínica universitaria de la universidad pública Miguel Hernández de Elche (UMH) junto con la empresa AISOY Robotics del Parque Científico de la universidad, trabajan en un programa de tratamiento para niños diagnosticados por el trastorno del espectro autista (TEA). Esta terapia se realiza mediante el uso del robot emocional AISOY1 como ayudante en dicha terapia.
El uso del robot se debe a que, a la mayoría de los niños con autismo posee una gran atracción por los diferentes elementos de las tecnologías.
El programa de tratamiento incluye un conjunto de juegos de interacción entre el niño, el terapeuta y el robot para la mejora en las tres áreas afectadas en niños diagnosticados con dicho trastorno, el área comunicativa, el área cognitiva y el área social.
Aquí os dejo el enlace de la noticia que la Universidad Miguel Hernández de elche a publicado en su propia página web
Por último, volver a informaros que la página posee un foro, a parte del blog, donde se pueden compartir información, opiniones, dudas y preguntas.
Si estáis interesados en compartir información o noticias y queréis que se haga eco, podéis enviarla a través del correo electrónico que pone en la página oficial.
Preguntas frecuentes sobre el uso de robots como tratamiento para niños con autismo
¿Pueden los robots ayudar con el autismo?
Los robots pueden ser una herramienta valiosa en el tratamiento de niños con autismo, ya que ofrecen un enfoque innovador y atractivo para la interacción y el aprendizaje. Estos dispositivos pueden ayudar a los niños a desarrollar habilidades sociales, comunicativas y emocionales a través de juegos y actividades interactivas. Además, su naturaleza predecible puede proporcionar un entorno seguro y menos estresante para los pequeños.
Algunas de las formas en que los robots pueden ayudar a los niños con autismo incluyen:
- Mejora de habilidades sociales: Fomentan la interacción y la comunicación.
- Estimulación emocional: Pueden ser programados para reconocer y responder a las emociones.
- Aprendizaje personalizado: Se adaptan a las necesidades individuales de cada niño.
¿Qué terapia es buena para un niño con autismo?
El tratamiento para niños con autismo puede ser diverso y debe adaptarse a las necesidades individuales de cada niño. Entre las terapias más efectivas se encuentran la terapia conductual, que ayuda a mejorar las habilidades sociales y de comunicación, y la terapia ocupacional, que se centra en desarrollar habilidades para la vida diaria.
Además, la intervención temprana es crucial, ya que puede influir significativamente en el desarrollo del niño. La terapia con robots ha mostrado resultados prometedores, ya que estos dispositivos pueden facilitar el aprendizaje y la interacción social de manera lúdica y menos intimidante para los niños.
Es recomendable considerar una combinación de enfoques terapéuticos, tales como:
- Terapia del habla
- Terapia física
- Actividades recreativas estructuradas
Estas intervenciones pueden complementar el uso de robots, proporcionando un entorno más enriquecedor y estimulante para el niño.
¿Qué hace un robot para niños?
Los robots diseñados para niños con autismo ofrecen una variedad de funcionalidades que facilitan la interacción social y el aprendizaje. Estos dispositivos pueden actuar como compañeros de juego, proporcionando un entorno seguro y controlado para que los niños practiquen habilidades sociales y emocionales.
Entre las actividades que pueden realizar los robots se incluyen:
- Juegos interactivos: Promueven el desarrollo de habilidades cognitivas y motoras.
- Ejercicios de comunicación: Ayudan a los niños a mejorar sus habilidades verbales y no verbales.
- Rutinas diarias: Asisten en la creación de hábitos y estructuras en la vida cotidiana.
- Feedback positivo: Ofrecen recompensas y motivación a través de interacciones lúdicas.
¿Cómo estimular el cerebro de un niño con autismo?
Estimular el cerebro de un niño con autismo puede lograrse a través de diversas actividades que fomenten tanto la cognición como la interacción social. Los juegos interactivos son una herramienta valiosa, ya que permiten al niño aprender a través de la exploración y la repetición. Actividades como rompecabezas, juegos de mesa y aplicaciones educativas pueden ser especialmente efectivas en este sentido.
Otra estrategia efectiva es la terapia sensorial, que ayuda a los niños a procesar mejor la información del entorno. Incorporar elementos que estimulen los sentidos, como texturas, luces o sonidos, puede resultar beneficioso. Además, actividades como la pintura, la música y la danza no solo son divertidas, sino que también ayudan a mejorar la coordinación y la autoexpresión.
Por último, es fundamental crear un entorno estructurado y predecible. Establecer rutinas diarias y utilizar apoyos visuales, como horarios o pictogramas, puede facilitar la comprensión y la adaptación del niño. De esta manera, se fomenta la seguridad y se promueve un aprendizaje más efectivo y menos estresante.