
Buenos días
Son muchas las personas que me escriben para dar solución a los problemas que presentan los niños con autismo a la hora de los juegos compartidos. A los niños con autismo les cuesta entender las normas y los turnos de juego y, por ello, es necesario dejarles claro, de manera visual, cuáles son las normas de cada uno de ellos.
En este contexto, es fundamental enseñar las 10 reglas de las escondidas a través de pictogramas, ya que estos apoyos visuales son una estrategia muy efectiva. Los pictogramas permiten a los niños comprender mejor las normas del juego como, por ejemplo, contar hasta diez antes de buscar, no espiar mientras se cuenta, o el lugar donde se considera «base» y se puede estar a salvo. Es importante trabajar estas reglas de forma repetitiva y asegurarse de que el niño entienda cada una de ellas antes de pasar a la práctica del juego.
Aquí os dejo un ejemplo que he realizado con pictogramas de ARASAAC, a través de apoyos visuales, donde se enseña las normas del escondite para que los niños puedan entenderlo de manera correcta. Por supuesto, no basta con enseñarle los apoyos visuales, hay que ir enseñándolos paso a paso, al mismo tiempo que se escenifican para una mayor comprensión.
Aclarar que en el ejemplo que se expone a continuación no tiene por qué servir a todos los niños con autismo. Aspectos como el grado de discapacidad intelectual (si la hubiera), la edad del niño, el grado de autismo, etc. hay que tenerlos en cuenta a la hora de elaborar adecuadamente los pictogramas. Por supuesto, hay que conocer muy bien al niño y haber trabajado con él para ver cuál sería la mejor manera.
Reglas visuales para juegos de escondidas
Al enseñar las 10 reglas de las escondidas, es crucial no solo centrarse en las reglas principales sino también en aquellas que pueden parecer secundarias pero son igual de importantes para el juego en grupo. Por ejemplo, dentro de las 2 reglas de las escondidas que se pueden destacar están: no moverse de su escondite hasta ser encontrado y el límite de tiempo que se establece para que el buscador encuentre a sus amigos. Así mismo, entre las 3 reglas de las escondidas adicionales que facilitan el juego para niños con autismo, se podría incluir el uso de una señal sonora para indicar que el juego ha terminado, lo cual ayuda a prevenir cualquier confusión o ansiedad.
También se considera importante que se establezcan de manera visual las normas del juego como por ejemplo, no decir dónde están escondidos los demás compañeros, no enfadarse si se pierde, etc. En caso de tener que respetar los turnos, también es necesario que el niño sepa cuándo es el suyo.
Cómo enseñar pictogramas a niños autistas
Los pictogramas son herramientas sumamente valiosas cuando se trabaja con niños autistas. Aprender cómo enseñar pictogramas a niños autistas puede fomentar su comprensión y participación en juegos compartidos y otras actividades. Para empezar, es esencial seleccionar pictogramas claros y consistentes que representen las acciones y normas de los juegos. La repetición y la práctica continua son clave para que el niño comprenda y asocie cada pictograma con su significado correspondiente.
Juegos pictogramas autismo: Integración a través del juego
Para favorecer la integración de niños con autismo mediante el juego, los juegos pictogramas autismo son un recurso excepcional. Estos juegos están diseñados para ayudar a los niños a comprender y seguir las reglas de juegos compartidos de manera visual e intuitiva. Con los pictogramas, se pueden abordar juegos clásicos como las escondidas, adaptándolos para que sean accesibles y disfrutables para los niños con autismo.
Cómo jugar con un niño autista
Jugar con un niño autista puede requerir una aproximación diferente, adaptada a sus capacidades y preferencias. Algunos consejos útiles incluyen establecer una rutina de juego, ser paciente y celebrar cada pequeño logro. Es crucial también utilizar estrategias como el autismo pictograma jugar, para comunicar visualmente las reglas y estructura del juego, y así asegurar una experiencia de juego positiva y enriquecedora para el niño.
Juegos con pictogramas para favorecer la inclusión
Una excelente manera de involucrar a los niños con autismo en juegos compartidos es a través de un juego con pictogramas. Los juegos de pictogramas para niños están diseñados para ser intuitivos y fomentar la interacción social. Al emplear símbolos visuales, los niños pueden seguir el hilo del juego y participar activamente, lo que reduce la ansiedad y mejora su capacidad para jugar en grupo.
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Preguntas frecuentes sobre cómo enseñar a los niños a jugar a juegos compartidos
¿Cómo hacer que los niños aprendan a compartir?
Enseñar a los niños a compartir es fundamental para su desarrollo social y emocional. Para lograrlo, es importante modelar el comportamiento y crear un ambiente propicio. Algunas estrategias efectivas incluyen:
- Proporcionar ejemplos claros de compartir en situaciones cotidianas.
- Utilizar juegos que fomenten la colaboración y el trabajo en equipo.
- Reforzar positivamente el acto de compartir con elogios y recompensas.
Además, es útil establecer reglas claras sobre el uso de los juguetes y los turnos. Esto puede hacerse a través de un gráfico visual que ilustre cuándo y cómo se debe compartir. Las tablas pueden ser una herramienta eficaz para mostrar el tiempo de juego o los turnos de cada niño, facilitando así la comprensión del concepto de compartir.
¿Cómo puedo enseñar a los niños el valor del compartir?
Enseñar a los niños el valor del compartir es fundamental para su desarrollo social. Una buena manera de comenzar es mediante modelar comportamientos positivos. Los niños aprenden mucho al observar a los adultos, así que asegúrate de mostrar ejemplos de compartir en tu vida diaria. Por ejemplo, ofrécele un juguete a un amigo o comparte tu comida con un familiar.
Además, puedes implementar juegos y actividades que fomenten la colaboración y el trabajo en equipo. Estas son algunas ideas:
- Jugar a juegos de mesa que requieran que los niños colaboren para alcanzar un objetivo común.
- Organizar actividades donde se necesite compartir materiales, como manualidades o deportes.
- Fomentar el intercambio de juguetes o libros con amigos para que aprendan a disfrutar del valor de lo compartido.
Por último, es clave reconocer y celebrar los momentos en que los niños comparten. Al elogiar su comportamiento, refuerzas la idea de que compartir es algo positivo y deseado, lo que les motivará a seguir haciéndolo en el futuro.
¿A qué edad un niño aprende a compartir?
Los niños comienzan a aprender a compartir desde una edad temprana, generalmente entre los 2 y 3 años. A esta edad, empiezan a entender el concepto de propiedad y pueden mostrar interés en jugar con otros, aunque todavía les cuesta compartir sus juguetes.
A medida que los niños crecen, alrededor de los 4 a 5 años, su habilidad para compartir mejora significativamente. En esta etapa, pueden comprender mejor las emociones de los demás y los beneficios de jugar en grupo. Algunos aspectos a considerar son:
- Modelado de conducta: Los adultos deben demostrar el acto de compartir.
- Juegos colaborativos: Introducir juegos donde la cooperación sea esencial.
- Refuerzo positivo: Elogiar a los niños cuando comparten.
¿Qué hacer cuando un niño no comparte?
Cuando un niño no comparte, es fundamental abordar la situación con calma y empatía. En primer lugar, escuchar sus sentimientos puede ser muy útil. Pregúntale por qué no quiere compartir y valida sus emociones. A veces, los niños sienten que sus juguetes son una extensión de ellos mismos, y compartir puede parecerles amenazante.
Otra estrategia efectiva es modelar el comportamiento de compartir. Los adultos pueden demostrar cómo se comparte de manera positiva en sus propias interacciones. Por ejemplo, al jugar con otros niños o incluso entre adultos, es importante verbalizar el acto de compartir y resaltar lo divertido que puede ser. Esto ayuda a los niños a ver el compartir como una actividad valiosa y gratificante.
Finalmente, establecer reglas claras y justas para el juego puede facilitar la experiencia de compartir. Considera implementar un temporizador para que cada niño tenga su turno con un juguete específico. Esto les enseña a esperar y a turnarse, fortaleciendo así su capacidad para compartir en el futuro. Recuerda siempre reforzar positivamente cuando lo hagan bien.