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Déficit en las funciones ejecutivas

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Buenos días a todos

Las funciones ejecutivas incluyen conductas de planificación, cambio de foco atencional, flexibilidad de pensamiento y acción, entre otras conductas. El déficit de las funciones ejecutivas en autismo trae consigo la no consecuencia de las conductas anteriormente nombradas y por consiguiente provoca síntomas como: invarianza ambiental,  dificultad en el cambio de atención, rigidez, pobreza en la iniciación de nuevas acciones, inhibición de conductas inadecuadas etc.

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Es importante destacar que dicho déficit no se da de manera universal en el autismo y existen algunas personas que poseen unas buenas funciones ejecutivas (normalmente estas personas suelen ser lo que antes se diagnosticaba como “síndrome de asperger”  y las personas con autismo de alto funcionamiento).

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www.elmundodelautismo.es

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Preguntas frecuentes sobre el déficit en las funciones ejecutivas

¿Qué ocurre cuando fallan las funciones ejecutivas?

Cuando fallan las funciones ejecutivas, las personas pueden experimentar dificultades significativas en su vida diaria. Estas funciones son esenciales para la planificación, la organización y la toma de decisiones, por lo que su déficit puede llevar a:

  • Problemas en la gestión del tiempo.
  • Dificultades en el establecimiento y logro de metas.
  • Incapacidad para regular las emociones y comportamientos.

Además, el impacto de estas fallas puede manifestarse en diversas áreas, como:

  • Rendimiento académico deficiente.
  • Relaciones interpersonales problemáticas.
  • Aumento del estrés y la ansiedad.

¿Qué es la pérdida de la función ejecutiva?

La pérdida de la función ejecutiva se refiere a un conjunto de dificultades cognitivas que afectan la planificación, organización, toma de decisiones y el control de impulsos. Estas funciones son esenciales para llevar a cabo tareas diarias y manejar situaciones complejas. Cuando hay un déficit en estas habilidades, los individuos pueden experimentar problemas significativos en su vida personal y profesional.

Entre las manifestaciones más comunes de la pérdida de la función ejecutiva se encuentran:

  • Dificultad para iniciar o completar tareas.
  • Problemas para organizar pensamientos y materiales.
  • Incapacidad para priorizar actividades adecuadamente.
  • Problemas de autocontrol y regulación emocional.

Este déficit puede ser consecuencia de diversas condiciones, como lesiones cerebrales, trastornos neuropsiquiátricos o el envejecimiento, y puede tener un impacto profundo en la calidad de vida de quienes lo padecen. Reconocer y abordar estos problemas es crucial para mejorar el funcionamiento diario y el bienestar emocional.

¿Qué funciones ejecutivas se ven afectadas en el TDAH?

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) afecta diversas funciones ejecutivas, las cuales son esenciales para la regulación del comportamiento y la toma de decisiones. Estas dificultades pueden manifestarse en varios aspectos del funcionamiento diario del individuo.

  • Inhibición: Dificultad para controlar impulsos y frenar respuestas automáticas.
  • Atención: Problemas para mantener la concentración en tareas específicas.
  • Memoria de trabajo: Limitaciones en la capacidad de retener y manipular información a corto plazo.
  • Planificación: Dificultades para organizar y llevar a cabo tareas a largo plazo.
  • Flexibilidad cognitiva: Problemas para adaptarse a cambios en las demandas o en el entorno.

¿Qué trastornos se relacionan con las funciones ejecutivas?

Las funciones ejecutivas son un conjunto de procesos cognitivos que permiten la planificación, la toma de decisiones y el control de impulsos. Diversos trastornos están asociados a un déficit en estas funciones, incluyendo el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Este trastorno se caracteriza por dificultades en la atención, la organización y la regulación del comportamiento, lo que afecta la capacidad del individuo para llevar a cabo tareas cotidianas.

Otro trastorno relacionado es el Trastorno del Espectro Autista (TEA), donde los individuos pueden presentar dificultades en la flexibilidad cognitiva y la inhibición de respuestas impulsivas. Además, los problemas en funciones ejecutivas son comunes en personas con trastornos del estado de ánimo, como la depresión, que pueden afectar la motivación y la capacidad de realizar tareas complejas.

Finalmente, el Traumatismo Craneoencefálico (TCE) puede provocar daño en las áreas del cerebro responsables de las funciones ejecutivas. Esto puede resultar en problemas de memoria, atención y control emocional. Es crucial abordar estas dificultades a través de intervenciones adecuadas para mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.