Para conocer el Alteraciones Sensoperceptivas y Conductas Desafiantes debes saber que dentro del Trastorno de Espectro Autista podemos encontrar un sinfín de síntomas, en ellos podemos encontrar ciertas alteraciones sensoperceptivas o alteraciones sensoriales, las cuales afectan de gran manera a los niños con Autismo puesto que perciben los estímulos de una forma diferente.
Paralelamente, recordemos que las alteraciones sensoriales afectan cualquiera de los sentidos como la vista, el olfato, el tacto, gusto, oído y propio percepción. Esto puede afectar directamente uno o varios sentidos al mismo tiempo. Es por eso, que en este artículo hablaremos de forma más amplia acerca de las alteraciones sensoperceptivas y las conductas desafiantes que pueden existir en los niños con TEA.
Alteraciones de la sensopercepción
Dentro del Trastorno de Espectro Autista, las alteraciones sensoperceptivas son comunes y pueden afectar la forma en que los niños con autismo perciben los estímulos sensoriales. Estas alteraciones pueden manifestarse como una sensibilidad excesiva o una disminución de la sensibilidad en cualquiera de los sentidos. Por ejemplo, algunos niños pueden ser hipersensibles a ciertos sonidos, luces o texturas, lo que puede causarles malestar e irritabilidad. Por otro lado, algunos niños pueden mostrar una insensibilidad al dolor o tener dificultades para percibir el frío o el calor. Estas alteraciones sensoriales pueden tener un impacto significativo en el comportamiento de los niños con autismo y es importante tener en cuenta estas diferencias sensoriales al interactuar con ellos.
En algunos casos, las alteraciones sensoriales pueden manifestarse como conductas desafiantes. Por ejemplo, un niño con autismo puede mostrar resistencia a ciertos alimentos debido a la sensibilidad al gusto o la textura de los alimentos. También pueden tener dificultades para tolerar ciertos tipos de ropa o el contacto físico. Estas conductas desafiantes pueden ser una forma de expresar su malestar o incomodidad debido a las alteraciones sensoriales que experimentan. Es importante reconocer y entender estas conductas desafiantes para poder brindar el apoyo adecuado a los niños con autismo.
Alteración sensoperceptiva
Las alteraciones sensoperceptivas son comunes en las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Estas alteraciones afectan la forma en que perciben los estímulos sensoriales, como la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto. Algunos niños con TEA pueden tener una sensibilidad excesiva a ciertos estímulos, mientras que otros pueden tener una sensibilidad disminuida. Estas alteraciones sensoriales pueden afectar su comportamiento y su capacidad para realizar actividades diarias.
La sensibilidad a los ruidos es una de las alteraciones sensoriales más comunes en el TEA. Los niños con TEA pueden tener dificultades para tolerar sonidos inesperados o muy fuertes, como timbres, fuegos artificiales o electrodomésticos ruidosos. Esto puede llevar a reacciones desfavorables, como irritabilidad o aislamiento. Es importante comprender y respetar la sensibilidad auditiva de estos niños y buscar formas de ayudarles, como evitar los ruidos fuertes o utilizar auriculares para reducir los estímulos externos.
Otra alteración sensorial común en el TEA es la sensibilidad visual. Algunos niños con TEA pueden percibir ciertos objetos o luces de manera distorsionada. Esto puede llevar a que se nieguen a entrar a ciertos lugares o a evitar cambios en el entorno. También puede generar una mayor sensibilidad al tacto, lo que puede manifestarse en una aversión a ciertas texturas de ropa o a actividades como cepillarse los dientes.
Alteraciones sensoperceptivas ejemplos
Las alteraciones sensoperceptivas son comunes en los trastornos del espectro autista y pueden afectar a cualquier sentido. Por ejemplo, algunos niños con autismo pueden ser hipersensibles al ruido, lo que significa que los sonidos cotidianos pueden resultarles insoportables. Esto puede llevar a reacciones desfavorables, como irritabilidad o miedo excesivo. Por otro lado, también puede haber casos de niños que presentan una sensibilidad disminuida al tacto, lo que los hace insensibles al dolor o a las sensaciones táctiles normales.
La sensibilidad visual también puede estar alterada en los niños con autismo. Algunos pueden percibir los objetos de forma distorsionada o fragmentada, lo que puede llevarlos a evitar ciertos lugares o cambios en el entorno. Además, es común que exista una hipersensibilidad al gusto y al olfato, lo que puede hacer que ciertos sabores o olores sean desagradables o intolerables para ellos.
Estas alteraciones sensoriales pueden influir en la conducta de los niños con autismo. Por ejemplo, pueden rechazar ciertos alimentos debido a su sensibilidad al gusto, o evitar el contacto físico debido a su sensibilidad al tacto. También pueden presentar conductas desafiantes como reacciones agresivas o autoagresión como forma de lidiar con el malestar sensorial.
Es importante comprender y abordar estas alteraciones sensoperceptivas en los niños con autismo, ya que pueden tener un impacto significativo en su calidad de vida y en su capacidad para participar en actividades cotidianas. Trabajar en la regulación sensorial y proporcionar estrategias de apoyo adecuadas puede ayudar a minimizar la aparición de conductas desafiantes y promover un mayor bienestar en estos niños.
Trastorno sensoperceptivo
El trastorno sensoperceptivo es una condición en la que las personas experimentan alteraciones en la forma en que perciben y procesan los estímulos sensoriales. Estas alteraciones pueden afectar cualquier sentido, como la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto.
Las personas con trastorno sensoperceptivo pueden tener una sensibilidad aumentada o disminuida hacia ciertos estímulos. Por ejemplo, pueden ser hipersensibles a los ruidos fuertes o a las luces brillantes, o pueden tener una disminución de la sensibilidad táctil.
Estas alteraciones sensoriales pueden tener un impacto significativo en la vida diaria de las personas con trastorno sensoperceptivo. Pueden causar malestar, ansiedad y dificultades para participar en actividades sociales y cotidianas.
Es importante tener en cuenta que el trastorno sensoperceptivo puede variar ampliamente de una persona a otra. Algunas personas pueden tener sensibilidades extremas en un sentido específico, mientras que otras pueden tener sensibilidades en varios sentidos.
El tratamiento y manejo del trastorno sensoperceptivo puede incluir terapia ocupacional, terapia sensorial y estrategias de modificación del entorno. Estas intervenciones pueden ayudar a las personas a regular y adaptarse a los estímulos sensoriales, mejorando así su calidad de vida.
Alteraciones Sensoriales en niños con Autismo.
Las alteraciones sensoriales se pueden hacer notar en los niños con Trastorno de Espectro Autista, ya sea por déficit o por exceso de sensibilidad. Es por eso, que en algunos casos, los niños logran percibir las cosas con una alta intensidad, al punto de ser intolerable para estos, y a su vez, genera cierto nivel de malestar, el cual les impide realizar actividades normales.
Debido a ello, en otros casos, los niños llegan a quedar ensimismados en estímulos muy concretos, los cuales ellos les resultan fascinantes. Existen también algunos casos, en los que los niños toleran perfectamente el dolor, el frio o la sensación de tener hambre, por tanto, los hace parecer como insensible ante esos estímulos.
Aunado a ello, dentro del TEA es de suma importancia darles atención a los sentidos de la vista y la audición, ya que esto permitirá que se corrijan algunos déficits que puedan existir, puesto que estos interfieren en el neurodesarrollo del niño.
Por otro lado, es importante resaltar que estas alteraciones influyen en la conducta de los niños con Trastorno de Espectro Autista. Sin embargo, muchas de estas alteraciones desaparecen en la etapa de la adultez. Las alteraciones sensoriales en estos casos, igualmente pueden afectar uno o más sentidos pero el más frecuente es la audición.
Sensibilidad a los Ruidos.
Los niños con TEA a diferencia del resto de los niños se ven afectados a una serie de sonidos, los cuales pueden resultar sumamente insoportables para ellos, algunos de esos sonidos pueden ser:
- Ruidos inesperados como por ejemplo un teléfono, timbre, fuegos artificiales, entre otros.
- Ruidos muy altos como por ejemplo los que hacen los electrodomésticos, secadores de pelo, batidora, segadora de jardín, entre otras.
- Ruidos simultáneos como por ejemplo una fiesta, centro comercial, lugares donde hay mucha gente, entre otros.
Normalmente, cuando un niño con TEA se enfrenta a algunos de estos ruidos puede reaccionar de una forma desfavorable como con irritabilidad, miedo excesivo, se aíslan, se balancean, entre otros comportamientos. Es importante que como personas externas a esta enfermedad conozcamos acerca de la sensibilidad auditiva de los niños con TEA, ya que así se puede llegar al origen del problema y lograr ayudarlos.
Por consiguiente, una de las formas de ayuda podría partir en evitar realizar esos ruidos. Hacer uso de los electrodomésticos ruidosos, cuando no se encuentre el niño en casa, indicar el volumen adecuado a la hora de hablar, en algunos casos se hace uso de ciertos auriculares que permitan disminuir todos los ruidos externos.
Sensibilidad Visual.
En muchos casos, existen niños con Autismo, los cuales perciben ciertos objetos de forma distorsionado o en fragmentos, por ejemplo, para algunos las luces brillantes pueden parecer que bailan alrededor.
Según lo antes expuesto, es que puede que algunas veces los niños con TEA se rehúsen a entrar a un lugar o avanzar ante cualquier cambio en el pavimento. Todas esas distorsiones pueden generar que los pacientes se centren en un detalle, en lugar de todo el objeto en sí y esto a ellos les permite disminuir su incomodidad.
Sensibilidad al Tacto.
La sensibilidad al tacto no es muy frecuente dentro del Trastorno de Espectro Autista, sin embargo, algunos de los pacientes con TEA tienen las sensaciones táctiles disminuidas y es por eso que necesitan de un estímulo mucho más fuerte para llegar a percibirlas, un ejemplo de esto es cuando abrazan de forma excesiva. De esta manera, es muy común que se muestren insensibles al dolor, ya que en ocasiones se lo provocan a sí mismos para percibir su propio cuerpo.
Por otra parte, si llegan a tener la sensibilidad excesiva entonces rechazan por completo el contacto con cualquier otra persona, con la ropa, cepillarse los dientes, el pelo, ya que todo eso les puede generar sensaciones desagradables y dolorosas, lo cual puede afectar sus relaciones interpersonales.

Autismo grado 3

Autismo grado 2

Autismo grado 1

Tratamientos en el autismo
Alimentación, gusto y olfato.
Es muy común que dentro del Trastorno de Espectro Autista exista una hipersensibilidad al gusto, es por esa razón que algunos sabores resultan bastante fuertes o algunas texturas extremadamente desagradables. Es por esa razón, que la alimentación en algunos de los casos resulta bastante complicada y cuesta modificarla, esto lleva a que el niño consuma una cantidad reducida de alimentos generando carencias nutricionales.
Aunado a ello, en el caso donde existe una disminución del gusto es muy común que los niños quieran consumir comidas con muchas especies, objetos, o incluso hasta sustancias que no puedan comer como tierra y plastilina.
Ahora bien, en el caso de percibir los colores de forma excesiva rechazan la ida a lugares que resultan desodorizados, generando así una serie de rabietas o comportamientos negativos para no entrar. Es muy común también que existan niños que tomen por costumbre el oler todo lo que tocan, incluso intentar probarlos todo esto debido a la disminución del sentido del olfato.
Conductas relacionadas a la alteración de la sensopercepción.
Normalmente, los niños con Autismos suelen ser altamente sensibles a distintos estímulos, lo cual puede desencadenar ciertos comportamientos específicos, tales como:
- Rechazo a las comidas.
- No utilizan cubiertos metálicos.
- Se rehúsan a utilizar cierto tipo de ropa.
- Algunos no se cepillan los dientes.
- Se pueden rehusar a bañarse.
- Taparse los oídos por algún ruido.
- Rechazo al contacto físico.
- No reaccionan al dolor.
- Les cuesta detectar el frio y el calor.
- Se interesan por la estimulación visual.
- Malestar debido a los ruidos externos.
Conductas desafiantes en el Autismo.
Antes de adentrarnos en este punto, es importante saber a qué se refiere el termino de conductas desafiantes, según Emerson (1995) ese término hace referencia a toda conducta culturalmente anormal de tal intensidad, frecuencia o duración, la cual pone en peligro la seguridad física de la misma persona o de las que la rodean, también el límite de uso de las oportunidades normales que puede ofrecer la comunidad.
Normalmente, esas conductas desafiantes pueden ser la forma que comúnmente usan los niños, que poseen alguna carencia en las habilidades comunicativas y socioemocionales necesarias, que le permitan al pequeño expresar cualquier necesidad.
Tipos de Conductas desafiantes en el Autismo.
Las conductas desafiantes son muy comunes dentro del Autismo y existen dos tipos, los cuales se explicarán más detalladamente a continuación.
Agresividad.
La Agresividad es bastante frecuente cuando hablamos de niños con Trastorno de Espectro Autista, más aún si estos padecen de una comunicación verbal. Normalmente, estos comportamientos se dan como un mecanismo para proteger su felicidad y bienestar.
No obstante, es importante resaltar que esto puede ser grave cuando se convierte en conducta repetitiva y sin control alguno. El riesgo puede ser tanto para el mismo niño, como para las personas que los rodean.
Igualmente, puede existir también una hostilidad verbal, la cual engloba lo que es rabietas, gritos, llantos, que pueden originarse para llamar la atención, cambios de una rutina, no conseguir lo que quieren, imitación, frustración, sentimientos de abandono, entre otros. Por último, es importante resaltar que las agresiones físicas son el resultado también de la frustración que pueda llegar a sentir.

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Autoagresión.
La Autoagresión hace referencia a cuando la persona se centra en su propio cuerpo, puede ser, por ejemplo: arrancarse pelo, morderse, arrancarse las pestañas, golpearse, entre otros.
Cabe destacar, que una persona quiere hacerse daño cuando es consciente de sí mismo, de sus gestos y cuerpos. En el caso de las personas que no son conscientes de su cuerpo debido a alguna enfermedad o condición, entonces este comportamiento se consideraría como forma de lenguaje, y que estos no buscan hacerse daño.
Normalmente, en los casos de los niños con TEA debido a lo poco social, afectivas y sensoriales que son, le genera al niño problemas a la hora de enfrentarse a cualquier situación en su día a día. Todos esos acontecimientos desencadenan en el paciente, niveles de ansiedad y nerviosismo a los cuales no saben cómo reaccionar.
En ese sentido, es ahí donde existe un problema de autorregulación y es esa la razón de que sus reacciones sean agresivas en forma de respuesta. En estos casos, lo clave no es saber solucionar estas situaciones sino prevenirlas.
Asimismo, existen muchos casos en los que los niños se autoagreden como forma de auto estimulación como, por ejemplo, cuando un niño se golpea la cabeza al mismo tiempo que se balancea, en ese caso el niño no siente dolor si no estimulación. Por otra parte, hay casos en los que el detonante puede ser un simple ruido y debido a la hipersensibilidad, se produce una furia, la cual se traduce en el niño como una conducta violenta a sí mismo.
Las alteraciones sensoperceptivas en autismo son sonidos, olores, sabores, luces etc. que se procesan de manera diferente en los trastornos del espectro autista. Por ejemplo, ruidos que pueden pasar desapercibidos a nuestros oídos pueden no serlo para los oídos de un niño con trastorno del espectro autista. Así puede pasar con cualquier cosa que entre por los diferentes órganos de los sentidos.

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En ocasiones, los problemas de conducta surgen a raíz de estos problemas sensoriales que tienen algunos niños con autismo. Un ruido fuerte o una textura que son incapaces de soportar son el detonante de muchas conductas disruptivas (es decir, un mal comportamiento).
La desensibilización progresiva consiste en ir soportando poco a poco a ese ruido, olor, luz etc. y es algo necesario para hacer que el niño o la persona con autismo deje de tener o disminuyan sus problemas de conducta.
Importante no olvidar que se debe de realizar una análisis funcional de la conducta para saber cuál es el origen de ella.
Si estáis interesados en compartir información o noticias y queréis que se haga eco, podéis enviarla a través del correo electrónico que pone en la página oficial.

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Preguntas relacionadas sobre las alteraciones sensoperceptivas y conductas desafiantes
¿Cuáles son las alteraciones sensoperceptivas?
Las alteraciones sensoperceptivas son disfunciones en la manera en que una persona procesa la información sensorial. Estas alteraciones pueden afectar uno o varios sentidos, generando experiencias distorsionadas de la realidad. Algunas de las más comunes incluyen:
- Hipersensibilidad: Reacciones exageradas a estímulos sensoriales.
- Hiposensibilidad: Respuestas reducidas a estímulos, lo que puede llevar a buscar sensaciones más intensas.
- Alteraciones en la percepción del dolor: Sensaciones de dolor que pueden ser intensas o inexistentes.
- Alucinaciones: Experiencias sensoriales sin un estímulo externo que las justifique.
Estas alteraciones no solo impactan la percepción, sino que también pueden influir en el comportamiento y la conducta social. Es crucial comprender cómo afectan a la vida diaria de los individuos, permitiendo así un enfoque más integral en su tratamiento y apoyo.
¿Qué son las conductas desafiantes?
Las conductas desafiantes se refieren a comportamientos que son inapropiados o que desafían las normas sociales y expectativas. Estas conductas pueden manifestarse de diversas maneras, como la agresión, la desobediencia o el desafío a la autoridad. A menudo, son un signo de malestar emocional o de dificultades en la comunicación.
Existen varias razones que pueden originar conductas desafiantes, tales como:
- Frustración ante la incapacidad de expresar necesidades.
- Alteraciones sensoriales que generan incomodidad.
- Dificultades en la regulación emocional.
Es fundamental abordar estas conductas con una comprensión profunda del contexto y las necesidades del individuo, ya que esto puede facilitar una mejor comunicación y una resolución más efectiva del comportamiento desafiante.
¿Cuáles son las conductas de un niño autista?
Los niños autistas pueden presentar una variedad de conductas que difieren significativamente de las de sus pares neurotípicos. Estas conductas suelen estar relacionadas con dificultades en la comunicación, la interacción social y la regulación emocional. Algunas de las características más comunes incluyen:
- Dificultades en la comunicación verbal y no verbal.
- Intereses muy específicos y limitados.
- Repetición de movimientos o frases.
- Preferencia por rutinas y resistencia al cambio.
Además, los niños con autismo pueden mostrar conductas desafiantes que a menudo son malinterpretadas. Estas conductas pueden surgir como resultado de la frustración o la incapacidad para expresar sus necesidades. Algunas de estas conductas incluyen:
- Rabietas o crisis emocionales.
- Aislamiento social o falta de interés en jugar con otros.
- Comportamientos autoestimulantes, como balancearse o girar.
- Comportamientos agresivos o destructivos en momentos de estrés.
¿Qué es la sensopercepción?
La sensopercepción es el proceso a través del cual los individuos reciben, interpretan y responden a estímulos provenientes de su entorno a través de los sentidos. Este proceso involucra tanto la percepción sensorial, que es la detección de estímulos, como la interpretación de esos estímulos en el cerebro, lo que nos permite entender y reaccionar ante lo que nos rodea.
Existen diferentes tipos de modalidades sensoriales que participan en la sensopercepción, incluyendo:
- Vista
- Oído
- Tacto
- Gusto
- Olfato
Cada modalidad sensorial juega un papel crucial en nuestra capacidad de interactuar con el mundo, permitiendo que las experiencias sean más ricas y significativas.
Además, la sensopercepción no es solo un proceso físico, sino que también está influenciada por factores psicológicos y emocionales. Por ejemplo, nuestras experiencias previas, expectativas y estado emocional pueden alterar cómo percibimos un estímulo. Esto significa que dos personas pueden experimentar el mismo estímulo sensorial pero interpretarlo de maneras completamente diferentes.
Alteraciones sensoperceptuales
Las alteraciones sensoperceptuales son cambios en la forma en que una persona procesa y percibe los estímulos del entorno. Estas alteraciones pueden afectar uno o varios sentidos, como el oído, la vista o el tacto, resultando en experiencias sensoriales distorsionadas que impactan la vida diaria de los individuos.
En el caso de los niños con Trastorno del Espectro Autista, es común experimentar hipersensibilidad a ciertos estímulos. Por ejemplo, pueden reaccionar de manera intensa a ruidos fuertes o luces brillantes, lo que puede generar ansiedad y malestar en situaciones cotidianas.
Asimismo, algunos niños pueden presentar hiposensibilidad, lo que significa que necesitan estimulación más intensa para reaccionar a ciertos estímulos. Esto puede llevar a comportamientos de búsqueda de sensaciones, como tocar objetos de manera compulsiva o incluso autoagredirse para sentir su propio cuerpo.
Las alteraciones en la percepción del dolor son también comunes. Algunos niños pueden no registrar el dolor de manera efectiva, lo que puede ser peligroso, ya que pueden lastimarse sin darse cuenta. Por otro lado, otros pueden experimentar un dolor extremo con estímulos que para otros serían tolerables.
Es fundamental comprender las alteraciones sensoperceptuales para poder ofrecer el apoyo adecuado a los niños con autismo. Identificar estas diferencias sensoriales permite adaptar el entorno y las interacciones, facilitando una mejor calidad de vida y bienestar emocional en estos niños.
Trastornos sensoperceptivos
Los trastornos sensoperceptivos se refieren a disfunciones en la manera en que una persona procesa la información sensorial, afectando su percepción de estímulos como sonidos, luces y texturas. Estas alteraciones pueden manifestarse en diferentes grados, desde hipersensibilidad hasta insensibilidad, lo que complica la interacción con su entorno.
En el caso de los niños con trastornos del espectro autista, estas alteraciones son comunes y pueden influir significativamente en su comportamiento diario. Por ejemplo, un niño puede mostrar una intensa reacción emocional ante ruidos que otros consideran normales, lo que puede llevar a situaciones de estrés y ansiedad.
Las conductas desafiantes a menudo surgen como respuesta a estas alteraciones sensoriales, ya que los niños intentan comunicarse o manejar su malestar. Es fundamental reconocer que estas conductas no son intencionadas, sino que son el resultado de su dificultad para procesar los estímulos que los rodean.
El tratamiento de los trastornos sensoperceptivos puede incluir terapias específicas que ayuden a los niños a regular sus respuestas sensoriales. Esto puede facilitar su adaptación a diferentes entornos y mejorar su calidad de vida, permitiéndoles participar de manera más activa en la sociedad.
La comprensión y el apoyo de padres, educadores y terapeutas son esenciales para ayudar a los niños a navegar por sus dificultades sensoriales. Al abordar estas alteraciones de manera adecuada, se puede fomentar un entorno más inclusivo y comprensivo que beneficie su desarrollo y bienestar emocional.
Alteraciones en la sensopercepción
Las alteraciones en la sensopercepción son comunes en niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y pueden manifestarse como una hipersensibilidad o una insensibilidad a los estímulos. Estos niños pueden experimentar reacciones extremas a ruidos, luces o texturas, lo que puede causarles incomodidad y malestar en situaciones cotidianas.
Una de las formas más frecuentes de alteraciones sensoriales es la sensibilidad auditiva. Los niños con TEA pueden sentirse abrumados por ruidos que para otros son normales, como el sonido de un timbre o el ruido de una multitud, lo que puede llevar a comportamientos de evasión o irritabilidad.
Las alteraciones visuales también son comunes, donde algunos niños pueden percibir luces brillantes como deslumbrantes o distorsionadas. Esto puede hacer que eviten ciertos lugares o situaciones, afectando su capacidad para participar en actividades sociales o educativas.
La sensibilidad táctil es otra área en la que los niños con TEA pueden experimentar dificultades. Pueden encontrar ciertas texturas de ropa o superficies extremadamente incómodas, lo que podría llevarlos a evitar ciertos tipos de prendas o actividades que involucran contacto físico.
Además, las alteraciones en el gusto y el olfato pueden hacer que algunos alimentos sean inaceptables para los niños con TEA. Esto puede resultar en una dieta muy restringida y generar preocupaciones nutricionales, ya que ciertos sabores o olores pueden resultarles intolerables o desagradables.

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